PREMONICION CUMPLIDA
PREMONICIÓN CUMPLIDA
A tres días de camino en el barrio Buena Fe vivía una venerable anciana,viuda, sola,su perro era su única compañía.
Mientras estuvo casada sus actividades se distribuían entre atender a su esposo y cuidar el huerto donde cultivaba arboles frutales y la pro-vivencia como ella a las yucas, plátanos, hortal- izar y maíz ; complementaba esta actividad con la crianza de aves de corral, los chanchos no le gustaban porque comían demasiado opinaba.
Cuando falleció su esposo no tuvo tiempo de llorar, los ajetreos del velorio la mantuvieron ocupada. Los vecinos la acompañaron en su tragedia consolándola. Superada esta adversidad, retomo con mas fuerzas el cultivo del huerto.
De apoco su salud empezó a desmejorar, no era porque había quedado sola ni porque el huerto no produjese, Dios es muy generoso pensaba ka anciana.Su problema era de la recurrente pesadilla a su casa una mujer sin rostro, entraba ha-su habitación y empezaba a golpearla.
Este sueño lo había comentado con los vecinos quienes se ofrecieron a acompañarlas por las noches , pero la anciana se negó. La sombra de su esposo aun estaba sobre ella, seria una traición aceptar la compañía, se dijo.
Un buen día, los sonidos de los perros alarmaron a la vecindad, los canes estaban frente a la puerta cerrada de la señora, como si sintieran o presintieran algo, alarmados porque no habían señales de vida se acercaron.
La puerta estaba intacta, pero una ardiente fetidez se percibía, procedieron a tumbar la puerta y el horror se materializo.El cuerpo de la anciana estaba destrozado, por todo el cuarto.:sangre y pelos por todo el suelo y paredes, sus vi-ceras amonta-nadas y a medio comer. El perro mudo testigo de la atrocidad estaba en un rincón, oponiendo-ce tenaz-mente a que la muevan.
Asombrados, salieron en silencio. Difícil enterrarla, como aquí ha estado el maligno la solución es quemar la vivienda y así lo hicieron.
El perro único sobreviviente, todas las noches regresaba a su destruida morada, luego subía a la piedra de donde la anciana soñaba salia su verdugo; ahí pasaba hasta el amanecer lanzando lastimeros aullidos, tal-vez esperando que su dueño regrese o al espíritu que lo ataco para vengarse no lo sabemos.
A tres días de camino en el barrio Buena Fe vivía una venerable anciana,viuda, sola,su perro era su única compañía.
Mientras estuvo casada sus actividades se distribuían entre atender a su esposo y cuidar el huerto donde cultivaba arboles frutales y la pro-vivencia como ella a las yucas, plátanos, hortal- izar y maíz ; complementaba esta actividad con la crianza de aves de corral, los chanchos no le gustaban porque comían demasiado opinaba.
Cuando falleció su esposo no tuvo tiempo de llorar, los ajetreos del velorio la mantuvieron ocupada. Los vecinos la acompañaron en su tragedia consolándola. Superada esta adversidad, retomo con mas fuerzas el cultivo del huerto.
De apoco su salud empezó a desmejorar, no era porque había quedado sola ni porque el huerto no produjese, Dios es muy generoso pensaba ka anciana.Su problema era de la recurrente pesadilla a su casa una mujer sin rostro, entraba ha-su habitación y empezaba a golpearla.
Este sueño lo había comentado con los vecinos quienes se ofrecieron a acompañarlas por las noches , pero la anciana se negó. La sombra de su esposo aun estaba sobre ella, seria una traición aceptar la compañía, se dijo.
Un buen día, los sonidos de los perros alarmaron a la vecindad, los canes estaban frente a la puerta cerrada de la señora, como si sintieran o presintieran algo, alarmados porque no habían señales de vida se acercaron.
La puerta estaba intacta, pero una ardiente fetidez se percibía, procedieron a tumbar la puerta y el horror se materializo.El cuerpo de la anciana estaba destrozado, por todo el cuarto.:sangre y pelos por todo el suelo y paredes, sus vi-ceras amonta-nadas y a medio comer. El perro mudo testigo de la atrocidad estaba en un rincón, oponiendo-ce tenaz-mente a que la muevan.
Asombrados, salieron en silencio. Difícil enterrarla, como aquí ha estado el maligno la solución es quemar la vivienda y así lo hicieron.
El perro único sobreviviente, todas las noches regresaba a su destruida morada, luego subía a la piedra de donde la anciana soñaba salia su verdugo; ahí pasaba hasta el amanecer lanzando lastimeros aullidos, tal-vez esperando que su dueño regrese o al espíritu que lo ataco para vengarse no lo sabemos.
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